Día 7: Seguir recomendaciones de otros viajeros es muy buena idea (Dades – pista R307 – Demnat)

Por la mañana, me desperté y desayuné en la misma kashba (la casa donde me alojaba). Recuerdo que no paraban de sacar platos para desayunar, un total festín! Pero hubo un momento que le dije que no hacia falta más, estaba muy llena y después en la moto cuesta más de circular por fatiga.
Preparé todas mis cosas y partí! Me abrieron la puerta y me ayudaron a todo, un familia fantástica, e incluso me indicaron para poder pasar por aquella estrecha puerta con las maletas puestas, al milímetro pero pasé!
 
Desayuno árabe
Puse rumbo a las gargantas de Dades y por fin llegué, estaban muy cerca de donde me alojaba. Allí, arriba de las 5 curvas, literalmente, había un bar, pero decidí seguir para ver dónde empezaba la pista que el día anterior iba a cruzar. Seguí y seguí y vi que no acababa nunca el asfalto! Realmente era tan larga como me la describieron? Di media vuelta y volví al bar inicial por aburrimiento de la carretera. Allí me encontré con unos españoles, entre ellos ni más ni menos que Manual Plaza (competía en el Dakar), con su equipo de asistencia y un grupo de franceses con enduro a los que estaba guiando en un tour por Marruecos. Me invitaron a comer con ellos y a charlar un rato! Un gusto enorme encontrarse con gente así y me estubieron indicando lugares que hay que visitar si o si en Marruecos, todo una ayuda que me hizo falta para saber que rumbo tomar.
 
El Dades
Con Plaza y su coche
Recuerdo haberme cruzado a unos españoles el día anterior, de Andalucía, eran 3 matrimonios de moteros, a los que les hablé de esta carretera que me comentaron Plaza y compañía que a pesar de ser una pista con algún tramo más complicado, lo podría hacer sola y era bastante fácil, y sobretodo, con grandes vistas! Les recomendé hacerla, porque la famosa carretera que pasa por el Tizi n’Tichka o ‘tinchinka’ como le llamo yo, era la única en muy buen estado y todos los turistas pasan por allí. Es decir, autocares y más autocares y muchísima gente, y yo, yo no buscaba ese tipo de viaje!
 
Sitios solitarios, sin turistas!
Así que, sin más, puse rumbo hacia la famosa carretera/pista R307 que cruza el Atlas por el medio de una valle. Al principio era era súper recta que se acercaba a la montaña, muy bien asfaltada y en muy buenas condiciones. Después empezaron las curvas, pero unas de ensueño, más bonitas que el Dades y que cualquier puerto de montaña! Pero todo lo bueno no iba a durar… De repente el asfalto se terminaba y empezaba un tramo de obras, o carretera rota, con charcos, piedras, que a veces se convertía en un infierno y otras en una carretera increíblemente bien asfaltada, pero forma parte del viaje, no? Al final las vistas valían la pena, eran montañas y más montañas, algún pueblecito muy pequeño y cruzarte con camionetas que llevan 3 metros de cosas y 25 personas… No tenia precio! Todo un acierto a pesar de tener algún tramo algo complicado por culpa del deterioro.
 
Las rectas de la R307
Cruzando el Atlas
Se me hacia de noche y lo que pensé que seria 1h se conviertieron en 3h por la velocidad media calculada. Así pues, llegué atardeciendo al final del tramo, en el que habia dos hoteles únicamente, decidí parar en el 1o porque según Maps era algo más económico que el posterior.
 
Sabéis cual fué mi sorpresa? Las tres parejas de españoles llegaron 30 minutos después de mi! Resulta que finalmente me hicieron caso y ‘se acordaron mucho de mi’, sobretodo en los tramos de ríos y agujeros enormes… jajaja supongo que dos en una moto se vive más intensamente, pero eso nos hizo echarnos unas risas.
 
Nos alojamos todos en el mismo hotel y decidimos bajar al pueblo más cercano a cenar algo, ya que en el hotel nos pedían 12€ por cabeza, todo un timo! Allí encontramos una pizzería recomendada por un chico, el que nos hizo unas pizzas riquísimas, y compartimos unas risas increíbles. Sois fantásticos! Os mando un saludo enorme! Me debéis una ruta por Andalucía 😉
 
 
Con las parejas que conocí durante la ruta y los que compartí muy buenos momentos
Más tarde, al no encontrar cerveza ni alcohol, nos quedamos en el bar del hotel, que tenia a precio de oro, pero decidimos tomarnos una todos para seguir charlando y hablando de la moto y de los viajes. Nos hizo mucha gracia porque nos querían vender la botella entera de ginebra, no nos dejaban pedir una copa! Muy curioso! Así que los gintonics son complicados, al menos depende de los hoteles en los que te alojes.
 
Nos fuimos a dormir un poco tarde, pero el día había valido la pena. Yo estuve pensando en el siguiente por momento, nos dirigiríamos a las cataratas de Ouzoud o bien Marrakesh, o sería Casablanca? No me quedaban muchos días y tenia que pensarlo muy bien.
 
La habitación del hotel, todo un lujo

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